lunes, 17 de agosto de 2015

Casandra – Martín Renard, Daniel Alcoba & Alejandro Bentivoglio


Siempre que pienso en Casandra recuerdo esa tarde de verano. Estoy colgado del paraíso, piernas arriba, cabeza bamboleándose, y entonces ahí está, mirándome. Vestida a lo "familia Ingals", ojos grises; me habla como si en realidad se dirigiera a alguien detrás de mí.
Mañana esa rama se romperá... Cuidado con el brazo. Y se fue sin explicar más. No le hice caso, y al otro día la bendita rama se rompió y se llevó mi brazo con ella.  
Días después Casandra me visitó en mi lecho de convaleciente.  
No te culpes por haber descreído mi oráculo dijo sonriente, como introito. Mi maestro oracular me castigó inspirando incredulidad en el público hacia los pronósticos que realizo. Ahora bien, más te valdrá creer en este que me dispongo a pronunciar ahora. Hurgó en la enorme cartera que llevaba consigo y extrajo unas tijeras de podar bien afiladas?. Estoy embarazada por tu obra, o te casas conmigo de inmediato o te podo la entrepierna ya.
La tijera resplandecía; sin embargo, no creía que fuese capaz de cumplir con sus palabras. Le dije que todo aquello era un infundio, que yo no había tenido nada que ver en el asunto, pero sin escuchar el resto de mis palabras, pronto me vi afeitado en varias de mis partes inexcusables. Comentárselo al tío Agamenón no hizo más que carcajearlo. 
Nunca le vamos a creer me dijo. Pero es verano, al menos quedamos frescos.
Y se fue lenta, lampiñamente.

Acerca de los autores:
Daniel Alcoba

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