jueves, 25 de febrero de 2016

Birreal – Javier López, Sergio Gaut vel Hartman & Raquel Sequeiro


Mientras contemplaba a la nuliana, Xictter advirtió que la alienígena iniciaba la serie de movimientos que culminarían con el asesinato del hombre del puesto de comidas rápidas de plaza Burmeister. Y él, como profesional, no podía aceptar que aficionados que ni siquiera eran humanos, usurparan su lugar en el mundo. Por fortuna recordó a tiempo que no es posible matar a una nuliana con un arma convencional, ya que son seres que viven en dos universos al mismo tiempo, con una diferencia de una microcentésima, y solo buenos tiradores podían alcanzar el cuerpo de la alienígena en el precioso instante de la eclosión en paralelo, cuando adquiere su forma real de nuliano perfecto. Los nulianos solo podían quedar en ese plano interdimensional unos instantes que, para ellos, eran vitales. Xictter rebuscó en los bolsillos. Entonces se produjo el primer parpadeo, la cara del tipo estalló sobre el mostrador y la gente comenzó a gritar y a desbandarse. La alienígena demostró que iba en serio y Xictter ensayó un plan alternativo.
—Hagámonos un selfie —propuso.
Telepáticamente ella preguntó algo traducible como ¿qué ser selfie?
Xictter sincronizó todo, de forma que la fulminó con el disparo de la cámara, que no solo sacaba fotos. Inmediatamente la doble recibió la instantánea mediante la app de comunicación con universos paralelos. Tal como Xictter había planificado, murió de envidia. Su proyección, maquillada y vestida como las chicas de la Tierra, mejoraba mucho su asquerosa apariencia.

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